Todos tenemos tareas pendientes (algunas muy antiguas) que nos acechan y molestan como mosquitos.
Se aparecen en momentos inesperados. A veces salís al balcón, ves una planta marchita y pensás: “Uh, hace tiempo que tengo que transplantarla y no lo hice”. Otras veces, te agarra tirada en el sillón viendo una película y súbitamente te decís: “Otra tarde que pasó y todavía no barnicé esa mesa”.
Las tareas mosquito son las que nunca bajamos a tierra, las que nunca anotamos. Y es por eso que se aparecen por nuestra mente en cualquier momento, generándonos culpa, malestar, decepción.
Sin duda, eso genera un círculo vicioso.
Mirá lo que dice al respecto José Miguel Bolivar en su libro “Productividad Personal”:
“La mente está hecha para pensar más que para recordar. Generas más valor cuando la usas para crear que cuando la usas para almacenar. Cuando usas tu mente como almacén, ahogas su creatividad. Para ser creativa, la mente necesita ser libre, es decir, ser una mente vacía. Para vaciar la mente, necesitas construir y mantener lo que David Allen llama una «mente extendida», que es un sistema externo, actualizado y, sobre todo, fiable, en el que volcar todas las cosas que van apareciendo en tu «radar», evitando así que roben tu atención y tu creatividad”.
¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a exteriorizar todas tus ideas o tareas pendientes?
Te digo algo, la única forma de NO sentirte mal por lo que no estás haciendo es: saber precisamente QUÉ ES lo que NO estás haciendo.
Por eso te propongo, como primer paso y para salir del círculo vicioso, este sencillo ejercicio:
– Tomate 15 minutos. 
– Preparete un café.
– Sentate con una hoja y una birome y escribí TODO lo que tengas en mente. Así nomás, no lo organices, escribí sin pensar.
David Allen dice: “Tiene que recopilar y reunir los recordatorios y representaciones de todas las cosas que considere incompletas en su mundo, es decir, cualquier cosa personal o profesional, grande o pequeña, urgente o de menor importancia, que crea que debería ser diferente a como es y que usted se sienta en la obligación interna de cambiar”
Ya tenés una pista de por dónde empezar!
Cuando tengas tu lista, vas a sentir un gran alivio de haber vaciado un poco tu cabeza y vas a ver con mucha más claridad tu panorama.
Dejala en algún lugar accesible para seguir anotando las tareas que se te crucen. No la pierdas, porque todavía tenés que clasificar todo lo que escribiste!
En un próximo artículo te vamos a contar algunas formas de clasificación de tareas.
Pero, mientras tanto… ¿por cuál vas a empezar?
Tengo anotaciones en Google Keep, en Notas IOS y en Recordatorios (App IOS) y a veces vuelvo al papel. Pero me gustaría unificar en un sólo lugar, porque a veces el último listado no se dónde lo termine haciendo. Ya veremos entonces lo que sugieren para dividir actividades clasificando pendientes 😉 Muy interesante el mailing! Queremos más! Slds
Coincido con lo manifestado por Nico.
¿Cómo integrar en un solo lugar las diferentes actividades divididas clasificando los pendientes, trátese de trabajo, estudio, cuidados personales/ de salud y hogar?
Saludos.
Hola May!
Es bastante difícil tener una sola herramienta para TODO. Lo que se necesita es un sistema y eso implica utilizar una combinación de herramientas. A veces 2, a veces 3. Depende muchísimo del caso. Vamos a armar un artículo sobre esto para agosto 🙂 Gracias por participar!